FDA News Release
Para mejorar la alimentación y reducir el impacto de la morbilidad, la FDA publica una guía para que la industria alimentaria reduzca voluntariamente el sodio en los alimentos procesados y envasados
La siguiente declaración se le atribuye a la comisionada interina de la FDA, la Dra. Janet Woodcock, M.D., y a la Dra. Susan T. Mayne, Ph.D., directora del Centro para la Seguridad de los Alimentos y Nutrición Aplicada de la FDA.
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Uno de los pilares de la misión de salud pública de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) es reducir el impacto de las enfermedades crónicas mediante el mejoramiento de la alimentación. Como nación, enfrentamos una creciente epidemia de enfermedades prevenibles relacionadas con la alimentación, como las enfermedades del corazón, la diabetes y la obesidad; por lo tanto, el trabajo de la agencia en este ámbito se ha vuelto aún más urgente. Por ello, estamos dando un paso crítico para abordar aún más las enfermedades crónicas prevenibles relacionadas con la alimentación y promover la equidad en la salud, que esperamos se convierta en una de las intervenciones de nutrición de salud pública más importantes para una generación.
Hoy, la FDA emite una guía final, "Metas voluntarias para la reducción de sodio: objetivo promedio y límite máximo de concentración de sodio en alimentos procesados, empaquetados y preparados comercialmente", que proporciona objetivos voluntarios de reducción de sodio a corto plazo para fabricantes de alimentos, cadenas de restaurantes y operadores de servicios de alimentos en 163 categorías de alimentos procesados, envasados y preparados. La guía es otro paso que la agencia está tomando para avanzar en sus esfuerzos a través del gobierno de esta Administración para mejorar la nutrición, la salud y los resultados futuros en materia de salud.
Al limitar ciertos nutrientes en nuestras dietas, como el sodio, podemos ayudar a prevenir enfermedades como la hipertensión y del corazón, que afectan de forma desproporcionada a los grupos raciales y étnicos minoritarios; y que frecuentemente provocan la pérdida de cientos de miles de vidas y miles de millones de gastos anuales en atención médica. La presente pandemia del COVID-19 ha amplificado estas disparidades en la salud y la necesidad de mejorar la nutrición, ya que las personas con enfermedades cardiovasculares y otras condiciones subyacentes corren un mayor riesgo de sufrir consecuencias graves debido al COVID-19.
Las investigaciones muestran que las personas consumen un 50% más de sodio del recomendado. Esto incluye a nuestras poblaciones más jóvenes y vulnerables, ya que más del 95% de los niños de 2 a 13 años de edad superan los límites de sodio recomendados para su edad. Aunque muchos consumidores quieran reducir su consumo de sodio, alrededor del 70% del sodio que consumimos procede de los alimentos envasados, procesados y de restaurantes, lo que hace que sea difícil limitar el sodio. Los cambios en el suministro general de alimentos facilitarán el acceso a opciones con menos sodio y reducirán la ingesta incluso en ausencia de cambios de comportamiento.
Los objetivos de la guía final tienen la finalidad de reducir el consumo promedio de sodio de aproximadamente 3,400 miligramos (mg) a 3,000 mg al día, lo que supone una reducción del 12% en los próximos 2.5 años. Aunque el consumo promedio seguiría estando por encima del límite recomendado por las Guías alimentarias para estadounidenses de 2,300 mg al día para las personas de 14 años y mayores, sabemos que incluso estas modestas reducciones, realizadas poco a poco en los próximos años, disminuirán sustancialmente las enfermedades relacionadas con la alimentación.
La guía final describe los objetivos a corto plazo que recomendamos para que la industria alimentaria los trabaje y cumpla lo antes posible para ayudar a optimizar la salud pública. Continuaremos nuestras discusiones con la industria alimentaria mientras monitoreamos el contenido de sodio del suministro de alimentos para evaluar el progreso. En el futuro, planeamos emitir objetivos sucesivos revisados para reducir aún más el contenido de sodio de manera incremental y continuar ayudando a reducir la ingesta de sodio. Este enfoque repetitivo ayudará a respaldar las reducciones graduales en los niveles de sodio en general en todo el suministro de alimentos de modo que los gustos de los consumidores se adapten, los resultados de salud mejoren y ninguna empresa o categoría de alimentos sea señalada o examinada. Los enfoques voluntarios y graduales como este también han tenido éxito en otros países, como Canadá y el Reino Unido.
Inicialmente propusimos recomendaciones para reducir el contenido de sodio en el 2016 con un borrador de la guía (en inglés). Algunas empresas de la industria alimentaria ya han hecho cambios en el contenido de sodio en sus productos, lo que es alentador, pero se necesita el apoyo adicional en todos los tipos de alimentos para ayudar a los consumidores a cumplir con los límites de sodio recomendados. Hoy en día, los consumidores pueden tomar medidas para reducir su ingesta de sodio leyendo las etiquetas de los alimentos, incluyendo la etiqueta de información nutricional, solicitando información nutricional en las cadenas de restaurantes, eligiendo opciones más bajas en sodio y hablando con sus proveedores de atención médica sobre cómo comer alimentos más saludables.
La FDA está comprometida a ejercer su parte con las herramientas disponibles para ayudar a crear un suministro de alimentos más sanos, promover hábitos saludables en una etapa temprana y empoderar a los consumidores para que elijan alimentos más saludables. Ya hemos tomado medidas a través de nuestro plan de acción Más cerca de cero (en inglés) para reducir la exposición a elementos tóxicos en los alimentos que suelen consumir los bebés y los niños pequeños a los niveles más bajos posibles. Y tenemos más trabajo que hacer utilizando un proceso iterativo similar. Muchos de nuestros socios federales, estatales y locales también tienen iniciativas en marcha que apoyan la reducción del sodio y ayudan a las personas a lograr patrones integrales de alimentación más saludables. Si actuamos juntos, podemos tener un impacto profundo en la salud de millones de personas.
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La FDA, una dependencia del Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos, protege la salud pública asegurando la protección, eficacia y seguridad de los medicamentos tanto veterinarios como para los seres humanos, las vacunas y otros productos biológicos destinados al uso en seres humanos, así como de los dispositivos médicos. La dependencia también es responsable de la protección y seguridad de nuestro suministro nacional de alimentos, los cosméticos, los suplementos dietéticos, los productos que emiten radiación electrónica, así como de la regulación de los productos de tabaco.
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