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Cómo tratar la enfermedad de Cushing en los perros

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Sad or sick dog resting it's head on owner's lap

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Su perro de nueve años ha estado bebiendo mucho más líquidos últimamente y comiendo todo lo que tiene a la vista. Además, está perdiendo cabello y tiene un apariencia barrigona. Una visita al veterinario y algunas pruebas de diagnóstico confirman que tiene hiperadrenocorticismo, comúnmente conocido como enfermedad de Cushing o síndrome de Cushing. La enfermedad de Cushing se produce cuando el cuerpo produce demasiado una hormona llamada cortisol. El cortisol es producido y almacenado por las glándulas suprarrenales, dos pequeñas glándulas que se encuentran en la parte superior de los riñones.

“El cortisol es uno de los esteroides naturales del cuerpo”, explica la veterinaria Ann Stohlman, V.M.D., del Centro de Medicina Veterinaria de la FDA (CVM), para añadir que una cantidad normal de cortisol es buena: “Ayuda al cuerpo a adaptarse en momentos de estrés”. El cortisol también ayuda a combatir las infecciones y a mantener el peso y la condición corporal adecuados.

Pero demasiado cortisol debilita el sistema inmunológico, dejando al cuerpo vulnerable a otras enfermedades e infecciones.

Dos tipos comunes

En los perros, la enfermedad de Cushing canina ocurren de manera natural y son de tipo, ya sea hipófiso-dependiente, o suprarrenal-dependiente. Cerca del 80% a 85% de los casos de Cushing son hipófiso-dependientes, lo que significa que la enfermedad se ve desatada por un tumor en la hipófisis o pituitaria, una glándula del tamaño de un chícharo ubicada en la base del cerebro.

La hipófisis fabrica varias hormonas, entre ellas la adrenocorticotropa (ACTH). El tumor hipofisario causa una superproducción de ACTH, que viaja por el torrente sanguíneo hasta las glándulas suprarrenales, estimulándolas a producir más cortisol del que el cuerpo necesita.

En el otro 15% a 20% de los perros con Cushing, un tumor en una de las glándulas suprarrenales, o en ambas, produce el exceso de cortisol.

El tipo de Cushing puede determinar la clase de tratamiento a prescribir.

Los veterinarios usan análisis de sangre para diagnosticar la enfermedad y diferenciar entre la originada en la hipófisis y la causada por las glándulas suprarrenales. También pueden usar un ultrasonido para ayudar a detectar algún tumor en una de las glándulas suprarrenales.

Señales de la enfermedad de Cushing

Por lo general, la enfermedad de Cushing afecta a los perros de mediana a mayor edad. La enfermedad avanza lentamente y los primeros síntomas no siempre se detectan. Éstos incluyen:

  • un aumento de la sed
  • un aumento en la micción
  • un aumento del apetito
  • una reducción de la actividad
  • jadeo excesivo
  • piel delgada o delicada
  • pérdida de pelo
  • infecciones de la piel recurrentes
  • crecimiento del abdomen, resultando en una apariencia barrigona

Tratamiento de la enfermedad de Cushing

La mayoría de los veterinarios tratan la enfermedad de Cushing de tipo tanto suprarrenal-dependiente como hipófiso-dependiente con medicamentos. La única forma de “curarla” es extirpando el tumor suprarrenal, cuando es suprarrenal-dependiente y no se ha extendido, señala Stohlman. Sin embargo, dada la complejidad y los riesgos de la cirugía, la mayoría de los casos son tratados con medicación. Las técnicas quirúrgicas para extirpar los tumores hipofisarios en los perros están bajo estudio, pero la cirugía no es una opción ampliamente disponible.

Aunque la enfermedad de Cushing por lo general es un padecimiento de por vida, normalmente puede manejarse con medicamentos. “Es importante que al perro lo vea un veterinario regularmente y lo someta a análisis de sangre”, advierte Stohlman. “Vigilar la sangre ayuda a determinar la dosis correcta, la cual quizás haya que ajustar de vez en cuando”.

En general, los análisis de sangre frecuentes son necesarios durante los primeros meses después de iniciado el tratamiento, y cada cuantos meses después de eso, dependiendo de cómo responda el perro al tratamiento y de su tolerancia a la medicación.

Las capsulas de Vetoryl (trilostano), el medicamento de aprobación más reciente para tratar la enfermedad de Cushing canina, también es el primero en aprobarse para tratar el Cushing tanto hipófiso-dependiente como suprarrenal-dependiente en los perros. Este medicamento de venta por prescripción médica funciona frenando la producción de cortisol en las glándulas suprarrenales. En los estudios sobre el fármaco, los efectos secundarios más comunes fueron vómito, falta de energía, diarrea y pérdida de peso. El Vetoryl no debe administrarse a un perro que:

  • padezca insuficiencia renal o una enfermedad hepática
  • tome ciertos medicamentos para el tratamiento de afecciones cardiacas
  • esté en estado de preñez

Los efectos secundarios más comunes del fármaco son falta de apetito o reducción del apetito, vómitos, falta de energía, diarrea y debilidad. Ocasionalmente, pueden ocurrir efectos secundarios más graves, que incluyen diarrea con sangre, colapso, desequilibrio severo de sodio / potasio y destrucción de la glándula suprarrenal, que pueden resultar en la muerte. 

Sólo otro fármaco, el Anipryl (selegilina), está aprobado por la FDA para tratar la enfermedad de Cushing en los perros, pero solo para tratar ciertos casos causados por un tumor hipofisario.

En el pasado, los veterinarios solían usar un medicamento de quimioterapia aprobado para personas llamado Lysodren (mitotano), para tratar la enfermedad de Cushing en los perros. El Lysodren destruye las capas de la glándula suprarrenal que producen cortisol. Esto exige una vigilancia cuidadosa y puede tener graves efectos secundarios.

El uso "fuera de la etiqueta" de un medicamento significa usar un medicamento para animales o humanos aprobado por la FDA de una manera que no figura en la etiqueta, lo que a veces se llama "uso no indicado". Pero, como los perros pueden reaccionar de manera impredecible a los medicamentos para seres humanos, advierte Stohlman, es bueno contar con tratamientos disponibles que se han estudiado en los perros, y aprobado específicamente para ellos.

“El tratamiento de la enfermedad de Cushing es un juego de equilibrio”, señala Stohlman. “Pero los perros que padecen la enfermedad pueden llevar una buena vida si los vigila de cerca un veterinario, y si el dueño es solícito en llevar al perro a sus análisis de sangre y administrándole la medicación tal y como se le indique”.

Si cree que su perro tiene un efecto secundario de Vetoryl, Anipryl u otro medicamento, llame a su veterinario de inmediato. La FDA lo alienta a trabajar con su veterinario para informar problemas con cualquier medicamento. Para obtener información sobre cómo informar efectos secundarios, consulte Cómo reportar los efectos secundarios de medicamentos y problemas con fármacos y dispositivos para animals.

 

 

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